viernes, 30 de marzo de 2012

La interesada calumnia de la connivencia comprada de los sindicatos

Un amigo me plantea, en un comentario, la supuesta mudez de los sindicatos durante los ocho años del gobierno socialista presidido por Zapatero, que llegó a casi cinco millones de parados. Creo que es interesante rebatirle su percepción de los hechos porque, de hecho, ese es otro de los frentes de desprestigio de los sindicatos que practica la derecha mediática. Parte de una simplificación interesada de la vida sindical en las empresas, tomando una parte por el todo, sin distinciones. Las hay. Por una parte, los sindicatos de clase y, por otra, los que se definen expresamente como corporativos. Estos segundos, como el sindicato de funcionarios CSIF, que hacen bandera de su supuesta neutralidad política, naturalmente sólo van a oponerse a las medidas que afecten directamente a sus representados. Parece normal, y nadie les recrimina que defiendan lo que ya les identifica en sus estatutos. Sin embargo, a los sindicatos de clase parece que sí se les puede acusar de defender “sólo” a la clase trabajadora, de acuerdo con los criterios políticos que, en cada caso, estimen beneficiosos para sus representados. Con un completo desparpajo seguimos padeciendo que comentaristas de derechas critiquen a sindicatos de izquierda porque no defienden políticas ni estrategias de derechas. Sería divertida esa defensa de la esquizofrenia política si no viniera tan lastrada por la falta de humor, de tolerancia y de autocrítica de quienes la defienden. Llevan ocho años repitiendo que los sindicatos (refiriéndose a los de clase, pues los otros no se han ahorrado la estopa), durante esos ocho años, no hubieran criticado como ellos creen que se merecía el gobierno de Zapatero (legítimo, no se olvide, aunque todavía siguen buscando mochilas de los trenes volados). Y, como no hay autocrítica en los creadores de opinión reaccionaria, nadie se plantea que, a lo mejor, no encontraron motivos para criticarlo hasta el momento terrible en que el mismo Zapatero se plegó a las imposiciones del mercado único europeo, que es una franquicia aventajada de otros organismos del capitalismo internacional. Y que no encontró mejor solución, o mayor coraje para oponerse, que aplicar las mismas fórmulas de apuntalamiento y saneamiento, con dinero público y con los exclusivos esfuerzos del mundo del trabajo, de ese sistema que tambaleó la ambición y la codicia de los poderosos de siempre. Esos culpables que ahora viven la crisis como un grandísimo negocio.

Ya se sabe que cuando no hay argumentación se acude a la calumnia, porque aquí se acusa de un delito que nadie denuncia en los juzgados. Y la derecha, incluso la de renombre, que escribe como si estuviera alfabetizada, grita muy bien. Dicen que los sindicatos se han estado calladitos ocho años porque el socialismo (por lo visto, corrupto por pecado original) les ha venido tapando la boca con el dinero de todos. Aunque ese dinero sea una insignificancia comparada con otras subvenciones a entidades de orden, como la Iglesia Católica, que multiplica casi cuatrocientas veces ese dinero, o las concedidas a los medios de comunicación privados, que reciben veintitrés veces esa cantidad, y desde donde injurian esos mismos comentaristas que piden el voto para la derecha.

Los sindicatos comenzaron sus protestas cuando Zapatero emprendió reformas contra derechos laborales en el 2010. No antes. Naturalmente. Pero, a partir de entonces, no se les puede acusar de blandos. No está de más recordar algunas fechas.

Fue el periódico EL PAÍS quien desveló, en su edición del 29 de enero del 2010, el documento que estudió el Consejo de Ministros para proponer retrasar la jubilación a los 67 años. Sólo seis días después, el 4 de febrero, los sindicatos UGT y CCOO anunciaban las manifestaciones que tuvieron lugar la semana del 22 al 26 de ese mismo mes en diferentes capitales de provincia contra la reforma de las pensiones.


Al día siguiente, 13 de mayo, de que Zapatero anunciara el recorte de salarios de los funcionarios, la Federación de Servicios Públicos (FSP) de UGT anunció la convocatoria de una huelga general en el sector público el día 2 de junio, apoyada ese mismo día por Comisiones Obreras; comenzando las movilizaciones desde el mismo 20 de mayo.


El 16 de junio de ese 2010 se aprobó el Decreto-Ley de medidas urgentes para la reforma del mercado de trabajo, la reforma laboral de Zapatero. Al día siguiente,15 de junio, los sindicatos CCOO, UGT y CGT convocaron la huelga general para el 29 de septiembre, cuando ya hubiese terminado la convalidación del citado Decreto-Ley, con dos grandes movilizaciones previas: el 30 de junio, en todas las autonomías, y el 9 de septiembre, en Madrid.


Son datos muy concretos que desmontan esa supuesta connivencia de los sindicatos de clase con el gobierno de Zapatero. Pero bastaba con recordar que los sindicatos de izquierda ya le habían realizado cuatro huelgas generales a los anteriores gobiernos socialistas de Felipe González, el 20 de junio de 1985 (contra la reforma de las pensiones), el 14 de diciembre de 1988 (contra la reforma laboral), el 28 de mayo de 1992 (contra la reforma del subsidio de desempleo) y el 27 de enero de 1994 (contra la reforma laboral). A los gobiernos de Aznar, dos, las de 20 de junio de 2002 (contra la reforma de la protección del desempleo, declarado inconstitucional en el 2007 por el Tribunal Constitucional) y la de 10 de abril de 2003, (contra la participación de España en la guerra de Iraq). El resumen de cinco huelgas generales a gobiernos socialistas frente a tres a gobiernos conservadores, ya es indicativo de que no se condesciende con nadie a la hora de defender a trabajadoras y trabajadores de las políticas de reducción de sus derechos. Las practique quien sea.

Manuel J. Ruiz Torres



jueves, 29 de marzo de 2012

Comparativa de subvenciones a diversos organismos y actividades

También a mí me parece ESCANDALOSO el (poco) dinero público (ya ven la comparativa quienes claman por ese dispendio) que se da a los Sindicatos. Y, también por eso, iré a la Huelga General de mañana, 29 de Marzo. Porque hay quienes están muy interesados en desprestigiarlos para que desaparezcan los únicos capaces de organizar la defensa de los trabajadores en las empresas. Y sin defensas, no habrá ni cortapisas a los abusos ni derecho a un trabajo digno.

Comparativa de subvenciones a diversos organismos y actividades











(Datos correspondientes al ejercicio presupuestario 2010, salvo el del Fondo de Reestructuración de la Banca, correspondiente al de 2009)

domingo, 11 de marzo de 2012

El cuento de la lechera de la Reforma Laboral

Unas 15.000 personas (diez mil, para el Diario de Cádiz, siete mil para ABC) nos hemos manifestado esta mañana en Cádiz contra una Reforma Laboral que rompe el equilibrio laboral en las empresas convirtiendo, de hecho y de derecho, a los trabajadores en un mero recurso económico de las empresas. Y, como tal, susceptible de optimizarse mediante la reducción de costes, la sobreexplotación de procesos o su sustitución por otros recursos más baratos. Después de unos años de dignidad, la que era degradada "mano de obra" en el franquismo (es decir, reconocida como fuerza animal) retroce aún más en el tiempo para volver a la revolución industrial, al mismo nivel -ahora, civilizadamente, considerándonos como mero activo económico- de materiales y máquinas. Si, en aquel lejano principio del XIX, los empresarios presentaban la escasa productividad humana frente a la capacidad tecnológica de las máquinas como causa del subdesarrollo, ahora los mismos presentan los costes sociales (todavía un desproporcionadísimo reparto de los beneficios que obtienen de nuestro trabajo) como la causa del desempleo. Si entonces había que sustituir personas por máquinas para ganar más, ahora hay que reducir salarios sociales para ganar más. Y, a partir de ahí, reescriben el cuento de la lechera.


Ya lo conocen. Iba un orondo empresario con su cántaro de balance contable a la cabeza, dubitativo. Contrapesando lo que produce con lo que gasta, concepto donde engloba por igual la inversión de fondos propios (excluyendo aquí, por complejo, el análisis del origen legítimo de esos mismos fondos), las cargas fiscales (excesivas siempre para quien carece de instinto social), los gastos de tramitación y de particular aceleración de expedientes (dejémoslo ahí, mientras el juez resuelve la legalidad de las cintas grabadas), los de salarios y demás mojigangas laborales, los de transporte del producto y los de la inevitable publicidad del mismo. Para ganar más, pensaba, cambiaré mi cántaro de balance contable por una cesta de huevos de estrategias de mercado.


De esos huevos de estrategia nacerán gallos belicosos que se peleen por mí en los reñideros de la política y tecnócratas gallinas financieras que me elaboren un plan de viabilidad económica de la empresa, soñaba el orondo. Ese plan me subvencionará con fondos públicos para que no ponga en jaque el capital propio, me buscará 99 socios mariachis para convertir mi empresa en una SICAV y tributar sólo el 1 %, pero no tocará lo de los detallitos sin importancia para no ganarme enemigos. Y, con lo que gane, podré comparme un desprejuiciado cerdito de recursos humanos que me modernice la empresa.


Como alimentaré adulando convenientemente a ese cerdito, fantaseaba el patrono, se pondrá muy gordo y creativo. Organizará las tareas de cada empleado, cuantitativa (es decir, en horas) y cualitativamente (es decir, en funciones). De acuerdo con esas necesidades, se concentrarán horas y funciones en quienes mejor se identifiquen con la dirección de la empresa. Esa primera poda permitirá prescindir de quienes sobren, además de sanear la empresa de bolcheviques. Al mismo tiempo, para no perderlo, que el tiempo es oro, se externalizarán las funciones que lo permitan, dejandolas en manos de empresas de trabajo temporal para que se hagan en el tiempo mínimo imprescindible por gente que les va el empleo en no rechistarles. En la siguiente fase, el cerdito les exigirá más productividad a quienes tuvieron la suerte de quedarse. Como la empresa producirá más, ya no harán falta tanta gente produciendo. Y se irán a la calle otra somanta de excedentes. Y al cerdito, que ya habrá realizado su función, lo sacrificaré y, con lo que saque de venderlo, me compraré una ternerita europea que crecerá desarrollando su propio programa de estabilidad económica.


La ternerita reformará la política fiscal, poniendo más enfasis en la deuda pública, corregirá los desequilibrios macroeconómicos (es decir, todo lo que es más grande que la economía de la miseria) y abordará una ambiciosa agenda de profundas reformas estructurales. La ternerita, de natural, se alimentará sola segándole la hierba a los pies de los sindicatos. Y crecerá, lustrosa, reduciendo el gasto social para garantizar la sostenibilidad de las finanzas públicas a largo plazo; endureciendo el acceso a la jubilación, para corregir a un país que, perdido el patriotismo de reproducirse más, ha vivido por encima de sus posibilidades; apoyando al sector financiero con el solidario bolsillo de la nación entera; y, en fin, reformando el mercado de trabajo para corregir estos dos siglos de regulación de horarios, vacaciones pagadas excesivas, poca laboriosidad y absentismo laboral por unos grados de fiebre, mientras las empresas que hacen país se desangran ante la competencia de países que no son tan tequismiquis con eso de la seguridad en los trabajos. Y esa ternerita se convertirá en vaca y me dará litros y litros de balances contables saneados.

Sólo que el ambicioso patroncito se dio de bruces con la protesta organizada y se le derramó el cántaro Calesas abajo. Y se le descuadraron los saldos, las entradas, las salidas. Y, desde entonces, todo el mundo está como alerta. Y ya se piensan prohibir acabar los cuentos con el colorín, colorado, porque el humorista que ahora trabaja de ministro de Educación, Cultura y Deporte ha advertido que no piensa tolerar un mensaje subliminal tan subversivo.

lunes, 5 de marzo de 2012

Celebración del Día de las Mujeres en el Centro Social Seco (Puente de Vallecas)

Asistimos a la celebración del 8 de marzo Día de las Mujeres, organizada por el grupo de trabajo de  Géneros, Feminismo e Identidades Diversas Antipatriarcales de la Asamblea Popular Puente de Vallecas del 15M . Fue una importante Jornada festivo reivindicativa realizada en el Centro Social autogestionado Seco, calle Arregui y Aruej, núm. 29, en Puente de Vallecas (Madrid).


En un ambiente festivo, entre cervezas y espléndidos pinchos fríos (tortillas, empanadas de pisto o de cebolla confitada y queso de cabra, humus), con un programa que incluía exposiciones, música pinchada, recitales o cortas representaciones teatrales, se dio un repaso a la actual situación de las mujeres en el Estado español. Como bien decía una amiga, el machismo es un ser vivo que se adapta a las circunstancias. Y, así, pasa del más brutal exhibicionismo al camuflaje más sutil, incluso bajo el disfraz de ideologías en su origen progresistas. Los micromachismos también tuvieron su lugar de denuncia para desenmascararlos.
 

 Intervino la cantautora María del Rocío, que firma sus trabajos como Mil i María. Cantó temas propios, compuestos en español y portugués brasileño, de su último disco "Nadie es nadie". (Aquí interpretando NYC). Intercalando cada tema con pequeños monólogos, pues no en vano compagina su trabajo musical con el teatro, como el realizado en la obra ‘La piel del agua", de la compañía Teatro en el Aire, de teatro sensorial y con montajes propios.


Con un fondo permanente de espléndida música pinchada, se proyectó un montaje audiovisual que repasaba distintas actividades realizadas en, o desde, Puente de Vallecas. Como la presencia en la Comisión de Feminismos de la Acampada Sol, o una interesantísima acción de intercambio de vestuario entre mujeres y hombres.  


 Dos compañeras del grupo Territorio Doméstico, un colectivo de lucha de mujeres migrantes, autóctonas, feministas y precarias, según se definen en su propio Manifiesto de Territorio Doméstico, realizaron una representación de una injusticia bastante real, la de la explotación de las mujeres inmigrantes en el servicio doméstico, incluso por otras mujeres. Sin perder el humor estuvieron especialmente punzantes e ingeniosas en su denuncia.


 Mientras se sucedían estas actuaciones se podía recorrer las dos exposiciones colgadas en la sala. Una de fotografías de Ela Rabasco Redondo, que firma como Ela r que r. Fotos de mujeres muy distintas, en situaciones distintas, pero en la misma acción de leer. Sencillo, hermoso y directo mensaje.

En la otra pared, colgaban ilustraciones de Clara Luna, con motivos de la llamada literatura infantil pero donde sus personajes adquieren actitudes de empoderamiento, reivindicando una identidad no sumisa, como ese fantástico dibujo de una Caperucita y su abuela apedreando al leñador y al lobo, partícipes de una misma agresión.  También ilustraciones de Su, con dibujos también desde el mundo infantil, de colores potentes y oníricos.
  

Terminó las actuaciones la actriz Marga Doblas, que escenificó un divertidísimo monólogo sobre los inconvenientes de que se te aparezca una virgen que llora lágrimas milagrosas en un piso de Vallecas. O de como hacer el bien a los demás puede convertirse en hacerle la puñeta.

Mucha fuerza la que transmiten las compañeras de Puente de Vallecas.